No era plena coincidencia
que aquella tarde de septiembre
las flores se llenasen de magia
y los pequeños pimpollos
abrieran sus más hermosos encantos,
escondiendose en un manto de silencios
Tampoco era casualidad
que las mariposas desifren
sus coloridos secretos,
ni que los pajaritos canten
y las cuerdad de la guitarra lloren celosas
al ver que un ángel
decendía del cielo
para cantarme al oido la canción más dulce
No era plena coincidencia
que la mar se hiciera amiga del cielo
para preguntarle quien era ese ángel tan bello
ni que la luna hiciera amistad con el sol
para pedirle que te bese en la mañana
y te abraze con el resplandor de su cabellera dorada
Nada es plena coincidencia
tratandose de ti
JUS