Mi pequeña princesa, desvelo de mis sueños,
claro que te amo, claro que te quiero,
no lo dudes nunca dulce corazón,
pues mis noches son largas, soñando que te beso,
y el día es muy corto, para sentir tu pasión.
Ya nunca jamás dudes de mis sentimientos,
mi dulce y tierno pimpollo de rosa,
tan sólo preocúpate por florecer con el alba,
pues yo a la par del primer rayo de sol,
te espero ansioso cada día, para darte todo mi amor.