Busco un milagro de encuentro
cuando deja de llover
y los pajaros salen a volar.
Persigo las huellas de los trenes
que van desde el amanecer de la triteza
hasta el ocaso de la felicidad.
Hago rayuelas en andenes
que se cansan de olvidar,
gargaras en espejos
que no saben de reflejos
y retomo el punto de partida
cuando solo te quiero recordar.
Me voy por las ramas
haciendo rimas
que riman con tu ausencia
y revuelvo en la cama
a los besos que se cocinan
con tu escencia.
Intento nuevamente a animarme
y siempre que me animo,
le doy la cara a la lluvia
y dejo que tus ojos iluminen mi camino.
Fernando