Al juego de la silla juega la sociedad
pasan música y danzan sis cesar
en un baile cruel hasta que deciden apagar
el tocadisco,la radio o lo que sea
y todos deben quedarse quietos
sin dejar que una sola palabra se escape de sus bocas.
Es patético pensar que ellos mismos
ponen las estúpidas reglas que luego les afectan
como en el andon pirulero
en el que cada cual atendía su juego,
ese que otra persona te indicaba que atiendas
y muchas veces, la gran mayoría
estabas condenado a perder
y como consecuencia te castigaban con la peor humillación.
Este es el espejo de la sociedad
y ese juego de niños
no es más que el castigo de un grupo social.
Algunos otros pequeños preferian entretenerse con la rayuela
que coinsistia en un laberinto con obstáculos,
que precisaba del ingenio y el sacrificio de cada uno de los jugadores.
En otras palabras (sepan disculpar el término)
había que romperse el culo
sin una puta ayuda de tus pares ni de nadie
para llegar al paraiso, a ese al que le llaman "la felicidad"
Así es...Este poema es el mero reflejo de la sociedad
Fin