Como cada crepúsculo que nace en el anfiteatro
de la vida, el día camina al reposo del horizonte,
difuminado reflejo de un espejismo que agoniza,
bailando lánguidamente se marchita, dando paso
al carrusel de las sombras, sombras azabaches, que
escoltando la madrugada, se refleja en los delirios
de la luna, para vestirse de terciopelo raso, trenzando
su pelo endrino, suspira reclamando su derecho,
derecho a reservar un espacio en la imaginación.
Porque quien le pone puertas a la imaginación,
corta las alas a los sueños, matando el amor.
Sentada en el umbral del deseo, la madrugada
contempla el abismo de los sueños, tomando
una tibia taza de paciencia, aderezada de pasión,
espera erguida de calma serena, la llegada de
aquellos amantes que aun conservan la inocencia
de su amor, buscando refugio entre las brumas de
las sombras, incendiando las alboradas, prenden los
amaneceres del deseo en las cumbres de su besos,
buscando amarnos, saciando nuestra sed de amar,
consumiéndonos en su hoguera, como si a nuestro
amor solo le quedase media luna.
La madrugada, echa de gotas de rocío, se le fue
la mano cuando comprendió que la brisa, con sus
calidas caricias, acunaba susurros, susurros
que me hablan de ti, quedando atracada en el regazo
de la luna, va mereciendo las mareas de los sueños
en olas silencios, el viento surcando valles y montes,
hasta mí ha traído el aroma de tu recuerdo, y el sabor de
tus besos, besos que en el malecón de mis labios se
han posado, los dejare dormir para que en ellos anide
su pasión. De mi, voy a abrigarte si estas desnuda,
para sin tregua habitarte con mi amor
Ven, me e dado cuenta, que me necesitas
para ser feliz, ven, yo quiero amanecer
contigo en el lecho de nuestro amor, ven,
quiero ponerle alas a cada sentimiento que
surque el firmamento de tus madrugadas,
ven, para colmarte de caricias inventadas
solo para ti, ven, para bailar en cada
madrugada y bañarnos en la bahía de nuestras
pasiones, ve, para cubrirte con mi besos, ven,
para proponerte no hablar de nada, caminar
juntos por la misma senda, ven, necesito saber
que será de ti, ven, porque a donde vallas tú, iré yo,
ven, porque el tiempo corre y nos separa,
ven antes que la vida nos deje atrás, ven….
Amalio (duende)