Te fuiste para siempre
de mi risueño lado.
Senti como el abandono
nos amenazaba de nuevo.
Yo no pude retenerte
pero jamas te he olvidado.
¿Por que vino a buscarnos el despojo
y arraso con todo nuestro juego?
Me quede sin nada
entre todo lo que tengo.
Te llevaste mi risa
y el resto fue todo desconcierto.
envejeci de un solo golpe,
ya nada fue igual
y casi nada perfecto.
Tuve que mirar hacia adelante,
siempre errante y seguir cayendo.
En la casa no se entiende
el desastre de tu ausencia.
yo menos puedo explicarte
como extraño tu presencia.
Y repentino fue nuestro adios,
solo me queda soñar tu rostro.
Siempre que te busco siento el frio
de doce inviernos que no son pocos.
Fernando