El llanto del jacarandá
del sause y de los laureles
una estrella que del cielo se callo
y un beso...
un beso que murió en mi frente
El supiro del aire
el lamento del viento
y una lágrima que se patina
sobre el prisma de mi corazón
Ya no existen ni las brujas,
ni las hadas, ni los duendes
y en la dulce noche
Peter Pan abandonó mi almohada
Ya solo queda un lamento
en la alfombra de Aladino
y el abrazo de la magia sobre un cuento...
un cuento que me dio en las noches
abrigo en mi alma
y calidez a mi corazón
cuando tenía frío
Ya solo queda un lamento
y el olvido de un porque
aguardando esta nostalgia
le canto a una delicada niña
que juega a las escondidas
en los rincones
de mi fabulosa infancia
Justina Cabral