Llévame en tu iris
el resto del viaje.
Suspírame cuando sea recuerdo,
o cuando ames desoladamente.
Deja caer en tu mente el perfume
De las rosas presas de libros,
Allí es donde vive nuestra poesía.
Llévame en la lluvia,
que lastima la ventana,
cuando mis ojos se enpañen
con tu respiración.
Extiende tu mano
en la oscuridad de tus ojos,
y veras que estoy allí
sujeto en el bies de tu alma.
DDS