Degoyadas las gaviotas,
quieren realzar su vuelo
y en el rosedal del alma
el horisonte es un ciego.
Los pájaros desplumados,
la luna despedazada
se llevan mis bellos sueños
a la estrella más lejana.
No pasan nunca las horas
(Se duermen en el reloj)
y a donde el sol no respira
busquenme, allí estoy yo.
Historias que se repiten
que repiten los momentos
y un segundo que no pasa
y un beso que no es un beso.
La sinfonía aburrida
del monotono tic tac
hace las noches eternas,
esas que nunca se van.
Un paso que se congela
un sueño envano, infinito
y un amanecer sangrando
es un gorrión más herido.
En el reloj derretido
en la sangre del dolor
y en donde el sol no respira
busquenme, allí estoy yo
Autora: Justina Cabral
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